Como pueblo, los guatemaltecos son muy amables y trabajadores, siempre sin contar en uno de los grandes problemas que tiene el país con determinadas bandas, también conocidas como “maras”.
Se valora enormemente las relaciones familiares y trabajan muy duro para mantener a sus familias, ya sea trabajando en el campo, en la venta ambulante o cualquier otro trabajo que tengan.
Son personas muy felices que siempre sonríen a todo el mundo, no importa lo pesada que sea la carga que lleven a sus espaldas, seguirán sonriendo y se pararán a hablar contigo.
Son increíblemente fuertes, si visitar el país podrás ver como conducir una bicicleta con una sola mano por una calle empedrada con tres pasajeros encima de la misma o ir en una moto, sin sujetarse, mientras amamantan a un bebé en un brazo y llevan a un niño pequeño en el otro.
Los hombres y las mujeres tienen muy diferenciados sus papeles como pasara en hace décadas en el mundo y se ciñen a ellos sin ningún tiempo de problema, las mujeres trabajan en los mercados, cuidan de los niños, cocinan y limpian y los hombres trabajan, conducen, etc.
Muchos son descendientes de los mayas, pero también hay cierta diversidad. La gran Ciudad de Guatemala es vibrante y progresista, cada más modernas y evolucionando para equipararse a las grandes ciudades latinoamericanas.
Si bien existe una gama socioeconómica en Guatemala, no es tan diversa como la de México. Aquí no hay tanta riqueza como en otros lugares del mundo, aunque sigue creciendo económicamente aún con los grandes casos de corrupción que han asolado al país.
En general, los guatemaltecos son tranquilos, por lo que no esperes que sean puntuales o realicen trabajos de manera urgente, algo que pasa en muchos países latinos, su cultura es única.
Aunque les gusta la música, no la ponen a todo volumen ni tan a menudo como otros países latinos. Cuando llega el momento de divertirse, disfrutan de sus fiestas, pero en general, viven con sencillez y humildad.